31 Mar La tecnología de Smart Cities comprometida con el cambio climático

El uso de la tecnología de Smart Cities y los datos digitales están orientados a la mejora de calidad de vida en las urbes. Sin embargo, dentro de esta meta hay un objetivo intrínseco que afecta al cambio climático. El desarrollo de ciudades inteligentes significa comprometerse con el cambio climático.

Hoy vamos a descubrir estas tecnologías que actúan en favor de las ciudades. Mejoras en el flujo del tráfico, seguridad ciudadana, destinos turísticos inteligentes, ahorro de energía y una mayor calidad de vida son algunos de los beneficios y ventajas. Pero ¿cómo conseguimos esto?

Tecnología de Smart Cities.

Internet de las Cosas (IoT).

Las instituciones municipales y/o ayuntamientos son cada vez más conscientes de las ventajas que aporta la tecnología IoT. La información y datos que el IoT aporta a una ciudad junto con una plataforma como FIWOO capaz de analizarlos y tomar decisiones inteligentes, hacen de esta tecnología una de las más valiosas para mejorar los servicios urbanos y cumplir con los estándares climáticos.

Y es que en movilidad, proyectos como los desarrollados por FIWOO junto con la Universidad de Málaga han permitido conocer las plazas libres de aparcamiento antes de salir de casa. Esto permite ahorrar costes para el ciudadano y menos contaminación.

Otro de los ejemplos que permite el Internet de las Cosas es la sensorización de la iluminación de determinadas zonas. Desde la plataforma puedes aumentar la eficiencia energética y ahorrar dinero.

Y estos son algunos de los ejemplos disponibles.

Inteligencia Artificial.

Ya hay estudios que están pronosticando la importancia de esta tecnología en los próximos años. Es el caso de ABI Research que asegura que la medición y la vigilancia con la Inteligencia Artificial será la gran dominadora en las ciudades inteligentes.

La Inteligencia Artificial ofrece la posibilidad de prevenir los posibles fallos que pudieran surgir. En este sentido, también permite actuar más rápido y solucionar los problemas en menos tiempo.

Blockchain.

El concepto Blockchain está ligado al desarrollo de mejores políticas y gobernanza urbana. La aplicación de esta tecnología ofrece eficiencia y una reducción de la burocracia para conseguir impulsar las administraciones públicas. También aporta seguridad y transparencia en la gestión de los políticos en una época donde todo está entredicho.

Sin embargo, aunque tiene un largo y exitoso recorrido, es la tecnología más retrasada con respecto a las demás.

Retos tecnológicos de las ciudades hoy.

Apoyados en esta base tecnológica, el siguiente paso es analizar las prácticas que deben implementarse en una Smart City.

Definición de actuaciones objetivas. 

Cada ciudad es única. Y cada ciudad tiene sus propias necesidades y soluciones que resolve. Conviene hacer una escucha activa de lo que el municipio demanda. Evitar en este punto las comparaciones entre los distintos modelos de ciudad inteligente.

Infraestructura sólida y robusta. 

Dentro de la estrategia diseñada para la ciudad, se debe contar con los mejores proveedores de servicios y plataformas. Sentar unas buenas bases hará posible avanzar hacia desarrollos más complejos en un futuro.

Soluciones al servicio del ciudadano. 

Tener muy presente que todas las soluciones a implementar deben estar enfocadas y orientadas a satisfacer al ciudadano. En torno a los proyectos de Smart Cities siempre aparece el concepto colaborativo. Y así, de esta forma,  el ciudadano se sentirá participe de lo que está sucediendo en su ciudad.

Políticas abiertas y transparentes.

Como hemos comentado en el caso del blockchain, uno de los grandes retos de la administración es ofrecer datos públicos y abiertos al ciudadano.

Cultura colaborativas y plataformas sociales. 

Administración, empresas y ciudadano deben ir de la mano. Se debe enfocar la estrategia en un modelo colaborativo, con accesibilidad digital, democratización de las redes y participación de todos los actores implicados.

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